Mostrando entradas con la etiqueta reflexiones vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reflexiones vida. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de julio de 2022

Conformarse con cualquiera. Nunca te aferres a nadie.




Conformarse con cualquiera con tal
de no estar solos... si tuviera que
explicar en palabras la infelicidad,
lo haría así.

Hay que dejar fluir, no aferrarse a nada
ni nadie solo por el echo de sentirse
en soledad, estar vacío, intentando
llenar un espacio que sabes no
hará, porque para estar con alguien
hace falta ilusión, deseos de intentar
complementarte con la otra persona,
tener proyectos juntos, respetarse mutuamente
y sobre todo quererse por encima de todo.


Si no eres capaz de proporcionar todas
estas cosas, mejor estar solo,
porque llegará un momento en que
no serás feliz, te verás con una atadura
que te asfixi4rá y sobre todo causarás mucho
dolor a tu compañía, a quien comparte
la vida contigo. Quizás esa persona 
esté dando todo en la relación y al
no recibir la atención, el cariño o
la complicidad que buscaba, terminará
dándose cuenta de que no es nada
agradable compartir con alguien que
no pone el más mínimo interés en nada
que eso conlleve. Si eres de este tipo
de personas, déjame decirte que eres
infeliz y al final, por tu egoísmo,
narcisismo y pocos escrúpulos, 
acabarás siempre en la más absoluta
de las soledades. La gente no es tont4
y todo sale a la luz, tanto por tus actitudes,
desidia y falta de amor propio.
Piensa...¿ quién querría unir su vida
a una persona de estas características?


Y tú, si estás con alguien que no te brinda
ni aporta nada bueno ni positivo
a tu vida, lo mejor que puedes hacer
es la maletas y echar a correr.
No mereces algo así, no necesitas
a nadie con un vacío existencial, con
poco amor propio y carente de toda empatía.
Recuerda que mereces lo mejor, 
mereces respeto, cariño, ternura,
que te quieran bien y de verdad.
No llegaste a este mundo para ser
la mascota de compañía de ningún ser
que intente ponerte debajo suyo,
no lo consientas jamás. 
Ya llegará quien de verdad y
de corazón te valore.




                                                          




martes, 3 de julio de 2018

La vida es corta






La vida es corta...
Sonríele a quien llora,
ignora a quien te critica
y sé feliz con quien te importa



jueves, 24 de agosto de 2017

Reflexión: Muchas veces no estoy para nadie. Morti.



Muchas veces no estoy para nadie porque también yo me hago falta, también necesito escucharme, remendar mis espacios rotos, limar mis esquinas afiladas. Por ello, si no contesto los mensajes o si
pongo en silencio mi teléfono durante unas horas o unos días, no quiere decir que haya cerrado puertas al mundo, sólo he ido de paseo conmigo mismo, con ese alguien al que había descuidado
largamente. 

Resulta curioso cómo, casi sin darnos cuenta, acabamos dejándonos a nosotros mismos en la bandeja de “spam”. Nos relegamos al cajón de asuntos pendientes, a la última página de nuestra agenda o a ese “post-it” amarillo fosforescente que acaba perdiéndose en el ajetreo natural de nuestro escritorio, porque siempre hay una prioridad que lo adelanta y lo posterga.

Vivimos en una sociedad tremendamente demandante y competitiva, lo sabemos. Hay muchas cosas que hacer, y los días a veces pueden ser tan trepidantes como agotadores. Por si no fuera suficiente, a ello se le añaden los nuevos sistemas de comunicación, ahí donde el trato y las interacciones son constantes e inmediatos.

Vivimos organizados en diversos grupos de WhatsApp, siempre estamos localizables, y en las pantallas de nuestros móviles siempre hay un mensaje que responder, un correo por atender, fotos a las que poner “like” y un etiquetado al que contestar aunque no nos apetezca.

Es como vivir en un epicentro en el que nuestra mirada hipermétrope (miope) es incapaz de ver lo que tiene más cerca. Nuestros ojos cansados pueden leer las necesidades ajenas, pero son incapaces ya de descifrar las propias… Todo parece borroso, todo se ha hecho un ovillo que se enclava ahí, en nuestro corazón y en nuestra mente, como si algo fallara, como si algo no fuera bien y no supiéramos qué es… Has llegado al límite y todavía no lo sabes.









Le haces falta a muchas personas, lo sabes. Cada día tienes diez montañas que encumbrar y decenas de obstáculos que sortear, y lo consigues, no hay duda. Sin embargo nadie te da medallas por ello, casi nadie reconoce tus esfuerzos, tu dedicación, o incluso todo a lo que llegas a renunciar por quienes están a tu alrededor. Poco a poco las cosas pierden su significado y las personas, su sabor. El mundo ya no tiene música,  ya no rima, ya no es ágil, y te acabas hundiendo en tus propias responsabilidades, como la piedra que cae en un pozo sin fondo.

Estar para todos y para todo cada día y a cada instante tiene una cuota de intereses secretamente elevada. Las señales de este proceso de estrés continuado en el tiempo puede muy bien derivar con facilidad en una depresión, por ello, debemos estar muy atentos a los síntomas:
● Fatiga, cansancio extremo que a veces no se recupera con el sueño o el descanso nocturno.
● Dolores de cabeza, migrañas.
● Dolor de espalda.
● Mala digestión.
● Sensación de aburrimiento constante; la vida pierde casi todo nuestro interés.
● Impaciencia e irritabilidad.
● Frustración, comentarios cargados de cinismo, mal humor, apatía constante…






Nos volvemos insensibles a las propias necesidades, extranjeros del propio corazón y vagabundos perdidos en esa isla de Circe, donde uno ha olvidado por completo dónde está su hogar, dónde esa casa donde habita el propio ser.
Por eso hoy no estoy para nadie, hoy me hago falta.

Decir en voz alta “estos días no estoy para nadie, me hago falta a mí mismo” no es una falta de respeto. No se hace daño a nadie, no se descuida nada; el mundo seguirá girando y los ríos, fluyendo. Sin embargo acontecerá algo maravilloso: daremos paso a la sanación emocional, nos regalaremos tiempo, atención y un espacio propio donde refugiarnos. Será como introducirnos en el hueco de un árbol para tomar contacto con nuestras raíces, ahí donde podemos reencontrarnos casi en posición fetal, para nutrirnos y permitir que nuestras hojas, nuestras ramas, crezcan altas y más libres para rozar el cielo.












En mi libro "Échate pa'llá g1lipoll4s". Miércoles Addams

En mi libro  "Échate pa'llá g1lipoll4s" Hablo de toda la dulzura que me despiertas. Una dulzura que empalaga. A ver, q...