Madurar es entender que
las brujas merecen la pena,
los ogros son muy majos,
las princesas un coñazo
y los príncipes unos hijos de put4
Reír a lo que una vez dolió es madurar,
porque madurar también significa aprender
de ti y estar segura de quién eres.
Has encontrado tu punto de inflexión
cuando más perdida te veías y ese es motivo
más que suficiente para sonreír:
te has liberado de un pasado que te tenía atada
y ahora ya sabes cómo deshacer nuevos
nudos que se te presenten.