luego recuerdo que tengo que
salir con él, escuchar sus estupideces,
ser amable, atenta, una dama.
Mejor ya no quiero nada.
Que pereza, te dan ganas, pero cuando
recuerdas todos los inconvenientes que
eso conlleva, se evapora el ansia de
un plumazo, pones los pies en la tierra
y te dices... ¿aguantar, estar pendiente,
volver a confiar, tener tacto para no
herir su sensibilidad de bella florecita,
tragarte sus silencios, (se pasan el día
en las nubes), hablarle a un muro,
tener paciencia con sus estupidec3s?
¡Ah no! que no, que no, que no,
a veces no nos aguantamos ni nosotras
mismas, como para estar aguantando
niños grandotes inmaduros.
Quita, quita... menos mal que
pronto se nos pasan las ganas. 😎😏
😂😂😂😂😂