Nunca falta la sardina con aires de caviar.
Y mira que son buenas las sardinas
pero hay cada energúmeno que se cree
lo más de lo más y son ese tipo de
personas que humillan, detestan, juzgan,
opinan, sin que nadie les de lugar a ello,
de la vida de los demás...
Entonces es cuando empiezan a desprender
ese olor a sardinilla podrida, tanto
como su corazón.