¿Conoces a una persona tóxica? Incluso si no lo haces ahora,
en algún momento de tu vida estás obligado a encontrar
una persona que se ajuste a la descripción.
Tratar con un individuo tal puede ser difícil y agotador,
por decir lo menos. De hecho, puede desafiar lo que sabes
acerca de ti mismo y empujarte a los límites.
Aquí hay algunos rasgos para familiarizarse con estas personas,
y para ayudarte a navegar estos intentos de relaciones:
-Las personas tóxicas son manipuladoras.
Su modus operandi es
hacer que la gente haga lo que quiere que hagan.
Es todo sobre ellos. Ellos usan a otras
personas para
lograr lo que su meta pasa a ser.
Olvídate de lo que quieres;
Esto no se trata de la igualdad en una relación, lejos de ella.
-Son críticos. Mantén tus ojos y
oídos abiertos para
la crítica-sobre ti, lo que has hecho,
y lo que no has hecho.
Nunca se trata de ellos, y mentirán si eso les sirve.
-No se responsabilizan de
sus propios sentimientos.
Más bien, sus sentimientos se proyectan
sobre ti.
Si tratas de culparlos, es probable
que vehementemente
defiendan su perspectiva, y no asuman
ninguna responsabilidad
por casi cualquier cosa que hacen.
-No se disculpan. No ven ninguna razón,
porque las cosas
siempre son culpa de otra persona.
En muchos casos,
aunque tratan de orquestar las relaciones
para servir a sus propios fines,
tratan de ganar simpatía
y atención al afirmar su
condición de “víctima”.
-Son inconsistentes. Es difícil saber con quién estás
en un momento dado porque a menudo no son la misma persona.
Pueden cambiar su perspectiva, actitud y comportamiento
dependiendo de lo que sientan que necesitan para lograr
o lo que quieren que suceda.
(Y ellos saben ser amables cuando quieren algo de ti).
-Invaden tus decisiones. Las personas tóxicas te
hacen elegir sobre alguien más, o algo que quieren
sobre algo que quieres. A menudo, esto se convierte
en una dinámica de “dividir y conquistar”
en la que la única opción es ellos, hasta el punto de requerir
que cortes otras relaciones significativas para satisfacerlos.
-Se centran en los problemas. Tienen dificultades para mantenerse
al tanto de ciertos temas, probablemente porque no están interesados
en tu punto de vista o tratan de llegar a una conclusión amistosa.
Recuerda que son manipuladores supremos: sus tácticas pueden incluir
ser vagas y arbitrarias, así como desviar el foco de la discusión
a cómo estás discutiendo un tema, tu tono, tus palabras, etc.
Se centran en los problemas y no en las soluciones.
-Ellos no son cariñosos, de apoyo, o interesados en lo que
es importante para ti. De hecho, las cosas buenas que te ocurren
apartan la atención de ellos y los frustran de centrarse
en sus propios objetivos. Ten cuidado con las personas que encuentran
fallas en tu persona y te hacen mal. La lealtad es ajena a ellos.