Mi círculo de amistades cada vez es
más cerrado. La lealtad está muy cara.
Todos tenemos cosas buenas y malas en esta vida,
ninguno nos salvamos de haber fallado, errado,
meter la pata o hacer algo inapropiado en determinados
momentos, no somos perfectos, no somos lo más
maravilloso del planeta ni nos creemos los mejores
pero sí que hemos aprendido a corregirnos,
a intentar no volver a caer, no hacer daño a
los demás. Vamos evolucionando y nos damos
cuenta que podemos cambiar nuestras actitudes
negativas porque también hemos aprendido que
no nos gusta que nos hagan lo que hemos echo
a otras personas. A eso se le llama evolucionar
e intentar ir por la vida haciendo el menos daño posible.
Y como ya sabemos lo que realmente queremos
para nuestro bien, nuestra paz, el querer llevar
una vida tranquila, viviendo, disfrutando,
cuidándonos y respetando para que nos respeten,
vamos dejando en el camino a todas esas personas
que no hacen ni el más mínimo esfuerzo por
ser querer o aprender a vivir en paz con su prójimo.
No necesitamos a nadie que no nos aporte positivismo,
buena vibra, sonrisas, alegrías y el ser leales con
ellas mismas y menos aún con nosotros.
La amistad es un regalo estupendo,
un placer y una de las mejores cosas que
nos ofrece la vida pero no siempre tenemos suerte
al escogerlas, tarde o temprano te vas dando cuenta
de quien sí que merece un puesto en tu corazón,
quien se ha ganado ese gran reconocimiento,
quienes son los afortunados que compartirán
contigo tus penas y alegrías, tus risas, tus lloros,
tus abrazos, tu cariño, tu respeto y todo tu amor.
Los demás, se van quedando en el camino
y te alejas porque ellos deciden el suyo,
te da igual por donde anden siempre y
cuando no sea a tu lado. Así es la vida,
así es tu vida, solo quieres amistades de la buena,
quizás pocas pero de calidad.
Juany Melián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario