Hay gente que cuando hablan
la cagan y después pisan
su misma mierd1.
Ese tipo de gente que van escupiendo
mierdit1s por su santa boquita y parece
que nunca han roto un plato. Van dejando
un tufillo allá donde quiera que van, sueltan
pestes, demonios de todo ser viviente y
cuando menos lo esperan, zaasss, caen
hundidas en ella. Y es tanto el olor que desprenden
que todo el mundo les huye, se les alejan,
corren como galgos y ahí les dejan,
revolcándose en lo que han provocado.
Tirirí tarará, a joerse y aleja, que el tufito
tumba a cualquiera para detrás.
En fin, la vida en todo su explendor,
lo que vas sembrando lo cosechas a paladas
en este caso. Todita para ellas.
😋😋😋😋😋
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