No es que sea una persona
amargada, sino que mientras
más edad y conocimiento
uno tiene, más cerrado
es su círculo y menos
amistades tiene.
Pero:
Nunca olvides a quien
te tendió una mano
cuando más falta te hacía,
quien con su presencia
te reconfortó
en tus peores momentos,
quien te regaló un ratito
de su tiempo para sentarse
a tu lado y decirte que todo
iba a salir bien,
que lo malo no dura siempre
y lo mejor está por venir.
Nunca olvides a
esa maravillosa persona
que hizo todo lo posible
por ayudarte
a salir a flote y
ten en cuenta que encontrar
a gente así es
un regalo que te da la vida
para olvidar a
esa otra gente que
te empujó al abismo.
Esas personas son
las que si valen la pena
conservar a tu lado.
Texto: Juany Melián.
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